El pasado sábado se celebró en Zaragoza una charla a cargo del neuropsicólogo Álvaro Bilbao bajo el título “Educar en positivo: Claves de neurociencia para ayudar a padres e hijos a sacar lo mejor de sí mismos”. Fueron casi 5 horas de consejos y estrategias útiles, mucha información… por lo que voy a intentar nombrar las ideas más claves de esta excelente ponencia.
El primer tema tratado fue la diferencia entre los “distintos cerebros humanos” y sus distintas funciones:
- Cerebro primitivo: Protección, alimentación, regulación de la temperatura, necesidad de dormir, y reproducción en adultos.
- Cerebro emocional: Recordar aquello que nos gusta y lo que no.
- Cerebro racional: Funciones cognitivas.
Esta parte fue muy interesante para comprender muchos comportamientos humanos y su diferente influencia.
Tras esto, la charla se centró en EDUCAR EN POSITIVO, remarcando la importancia del autoestima de los niños y de nuestro papel para conseguir que tengan un mejor autoconcepto.
Gran parte de la charla, se centró en la poca eficacia de los castigos y la necesidad de buscar otras estrategias a la hora de educar a los niños. Tal y como indicó Álvaro, los castigos tienen una parte muy negativa:
- No eliminan la conducta negativa.
- Producen frustración en el niño/a.
- Producen una gran ansiedad, ya que puede desarrollarse un gran miedo al fallo.
- Crean una tendencia a generar más conductas negativas.
- Afecta negativamente a su autoestima.
- Por último, daña seriamente la relación paterno/filiar.
A continuación, dio a conocer las principales claves de una EDUCACIÓN EN POSITIVO:
- Tratar con afecto y respeto.
- Procurar una comunicación cooperativa y positiva.
- Responder congruentemente: comprensión, dialogo y empatía.
- Comprender claramente lo que son capaces de hacer, según su edad.
- Mostrar responsabilidad en la educación del niño.
- Crear marcos de referencia positivos.
Dentro del contexto de EDUCAR EN POSITIVO, remarcó la relevancia de poner límites y normas sin dramas. Las ideas fundamentales respecto a esto fueron las siguientes:
- Poner límites lo antes posible. En concreto, tras la primera presentación de una conducta inadecuada.
- En otras ocasiones y con límites más rígidos, conviene hacerlos explícitos mucho antes de que la conducta negativa aparezca.
- Los límites deben cumplirse siempre y en cualquier ocasión.
- Transmitir los límites con tranquilidad, seguridad y por supuesto, con amor y cariño.
Mi enhorabuena a Álvaro Bilbao, por su claridad en las explicaciones y dinamismo. Fue una mañana muy interesante. Le conocía por las redes sociales y me encantaba su trabajo, pero ahora que le he visto en persona, aún me gusta más.
Judith Mata
Psicóloga General Sanitaria / Neuropsicóloga (col. 22.407