DESARROLLO DE LA MEMORIA

¿Por qué no tenemos ningún recuerdo de nuestros primeros dos años de vida? ¿Por qué de pequeños nos acordamos más de los detalles visuales de una escena y en cambio nos cuesta más memorizar un texto? Estas y otras muchas preguntas intentarán ser respondidas en la siguiente entrada.

Desarrollo memoria

Hablar de memoria supone un reto. Son tantos los aspectos relevantes a comentar que podríamos hacer mil y una entradas. Podríamos hablar de las etapas del proceso de memorización (codificación, almacenamiento y evocación), de los circuitos implicados en la memoria a largo plazo (los circuitos reverberantes de Hebb), de los cambios a nivel cerebral que supone cada aprendizaje, o de su papel en la identidad personal, pero estos serán temas de otras entradas, ¡paciencia!. En esta nombraremos algunos datos relacionados con la memoria y el desarrollo cerebral.

Cuando nos hacemos mayores somos capaces de memorizar más datos, pero ¿esto refleja una mayor capacidad de almacenamiento o un mejor uso de estrategias de memorización? Aunque es indudable que el volumen de nuestra memoria aumenta con la edad, en parte debido a la implicación de un mayor número de neuronas en su proceso, parece ser que el factor con mayor peso es el uso de estrategias más eficientes o metamemoria.

Un hecho curioso es la amnesia infantil. Si lo pensamos, no tenemos ningún recuerdo de nuestros primeros dos años de vida. Esto es así debido a una escasa maduración de la región encargada de pasar nuestros recuerdos a largo plazo. ¡Curioso dato! Nuestra memoria para hechos vivenciales va mejorando con la edad, gracias a la maduración de las regiones encargadas, pero también gracias a la maduración de otras funciones más básicas como la atención o la velocidad de procesamiento. Así, también “va de la mano” de la evolución de estrategias más eficientes de codificación (hecho dependiente de la maduración de la corteza prefrontal).

Es por eso, que cuando somos pequeños solemos mostrar una mejor memoria visual, frente a la de contenido verbal.  De hecho, los estudios sugieren que durante los primeros seis años, la memoria asociativa es la que más fuerza tiene ya que es la muestra una maduración más temprana. Este hecho es importante de cara a la educación de los más pequeños de la casa.

Otro tipo de memoria de rápido desarrollo es la memoria procedimental (aprendizajes motores). Este tipo de memoria depende, entre otras regiones, del cerebelo, el cual muestra un desarrollo de aproximadamente un 240% durante los dos primeros años.

En contraposición, parece ser que la memoria autobiográfica es la más tardía en madurar tanto a nivel filogenético como ontogenético. Esto es así porque este tipo de memoria necesita cierto grado de maduración de otras funciones cognitivas complejas y del sentido de uno mismo en un continuo temporal.

Estos son algunos de los datos curiosos acerca de la memoria y su relación con el desarrollo cerebral. Os animamos a seguir las entradas futuras acerca de esta gran función cognitiva llena de misterios y curiosidades.

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Bibliografía consultada:

Rosselli, M., Matute, E. y Ardilla, A. (2010). Neuropsicología del desarrollo infantil. México: El Manual Moderno.; Enseñat, A., Roig, T. y García, A. (2015). Neuropsicología pediátrica. Madrid: Editorial Síntesis.

Judith Mata

Psicóloga General Sanitaria / Neuropsicóloga (col. 22.407)

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